Los estadios de fútbol -e incluso de otro tipo de deportes- tienen su mística. Y sobre todo una historia. Incluso algunos están erigidos sobre un suelo que esconde leyendas y misterios, los cuales no siempre salen a la luz. Muchas veces tienen que suceder situaciones excepcionales para poder desenterrar los mitos y transformarlos en verdades. El último caso que se dio en el Monumental de Núñez fue apenas un hallazgo más dentro de un mundo repleto de testimonios dignos de ser contados.
River Plate aprovechó el parate de la pandemia y el 22 de agosto inició una mega obra para transformar el terreno de juego del Antonio Liberti en un escenario con características europeas: ya no lucirá la pista de atletismo y se cambiará el césped por completo, entre otras reformas previstas. Para ello se prevé bajar el terreno un metro y eso implicará la remoción de 30 mil metros cúbicos de tierra, algo que ya está en proceso. Y hete aquí, los operarios que trabajan en las obras encontraron un hallazgo histórico al remover el terreno: salieron a la luz tres herraduras que pertenecían al ex Hipódromo Nacional y que tienen 120 años. Claro, antes de que fuera comprado por River en 1934, esas tierras pertenecían a dicho centro hípico.
Ahora bien, también hay descubrimientos que resultan un poco más escabrosos y hasta inesperados. En la Argentina también pasó que Central Córdoba de Santiago del Estero inició obras de expansión en su cancha y en las zonas aledañas se toparon con una sorpresa: debajo de la tierra encontraron restos óseos humanos. Y luego de una investigación se supo que pertenecían a un viejo cementerio del Siglo XIX.
Algo parecido ocurrió en Nicaragua: construyendo el Estadio Nacional de Béisbol hallaron más de 30 urnas funerarias de 1.200 años. Incluso en Oregón, Estados Unidos, en un campo de juego de fútbol americano recuperaron ¡huesos de mamut!.
En Europa, en tanto, en muchos lugares quedaron resabios de las guerras. Por caso, al construir el Wanda Metropolitano encontraron bombas de la Guerra Civil, mientras que en Alemania, en cancha del Dortmund, se toparon con una bomba de 250 kilos ¡sin detonar! de la Segunda Guerra. Mismo en Rusia, en la construcción del Volgogrado Arena, encontraron proyectiles de la Batalla de Stalingrado.
Y también hubo hallazgos espeluznantes: una esvástica gigante bajo la zona de vestuarios del Billstedt Horn de Hamburgo, y en Valparaíso, restos humanos en el estadio Playa Ancha: allí funcionó un centro de detención durante la dictadura de Pinochet.
