En el mundo del fútbol hay de todo. Pero no solo en cuanto a los jugadores que visten las camisetas de los clubes, sino también en los estadios. Y la Liga Deportiva Alajuelense de Costa Rica tiene la cancha más particular del mundo.
El Estadio Alejandro Morera Soto, que se inauguró en 1942, tiene capacidad para 18 mil espectadores y lleva ese nombre porque el corazón de Morera Soto, quien fue un exfutbolista que ganó tres campeonatos de Primera y tres Copa Costa Rica, se encuentra debajo de una de las tribunas. El órgano se lo extirparon tras su fallecimiento.
«Junto con don Mario Chacón, presidente de la Liga en ese momento, trasladamos desde San José, el corazón de don Alejandro, y lo enterramos en nuestro estadio. Gratos recuerdos de mi gestión como director de la Liga”, reveló el exdirectivo de la década del 90 Julio César Soto al medio La Teja.
Además, el dirigente reveló el motivo por el cual decidieron ese homenaje: “En esa oportunidad se nos ocurrió a la Junta Directiva llevar el corazón de Alejandro Morera Soto y enterrarlo en el estadio para que fuera parte de la historia de Alajuelense, más que fue un personaje por ser gobernador de Alajuela, exjugador estrella de la Liga, de gran trayectoria en el exterior».
Y agregó: “Recuerdo que nos costó mucho reunir a los miembros de la junta directiva porque todo el mundo estaba en sus trabajos, en ese momento don Mario Chacón con su familia y yo fuimos a recoger el corazón, lo trajimos en caravana, en un carro Mario, yo en el mío y el corazón de don Alejandro en una carroza fúnebre».
Por último, reveló: “Luego hicimos una misa solemne cerca de la sala de prensa, invitamos a personalidades de Alajuela, expresidentes del club y todos los miembros de la junta directiva de ese entonces, luego enterramos el corazón debajo de la gradería este”.
La decisión de la Comisión Directiva de enterrar su corazón en el estadio guardado en un cofre metálico se tomó en consenso con la familia y es motivo de orgullo de los simpatizantes. Muchos futbolistas han marcado la historia de un club y se han vuelto glorias, pero ninguno logró lo de Alejandro Morera Soto: que su corazón acompañe cada partido del equipo como local.