En la primera ronda del cuadro femenino del Masters 1000 de Cincinnati se volvió a ver un resultado que, tristemente, ya es habitual: derrota de la china Shuai Zhang (689º del mundo). Fue 6-1 y 6-4 ante la joven de 20 años Diana Shnaider, que viene de hacer semifinales en el Masters 1000 de Montreal. Se trata del 22º partido consecutivo que pierde Zhang desde enero de 2023, que ya superó la peor racha en la historia del tenis. Sus meses entre la angustia, la depresión y las injusticias y el polémico conflicto que la alejó meses de las canchas.
Shuai Zhang tiene 35 años y es profesional desde hace 21 años, desde los 14. Supo ser la 23º mejor raqueta del circuito WTA y fue 5º en dobles. Pero su presente dista mucho de aquellas alegrías. A finales de enero de 2023, la china venció en su debut en el WTA 250 de Lyon a la norteamericana Madison Brengle por 6-3 y 6-2. Luego, cayó en segunda ronda ante la belga Maryna Zanevska. Desde aquel triunfo frente a Brengle, Zhang no volvió a disfrutar una victoria y lleva 22 traspiés consecutivos. Esta semana, superó a Vincent Spadea como la tenista entre hombres y mujeres dueña de la peor racha de la historia del deporte: Spadea había acumulado 21 encuentros sin victorias entre octubre de 1999 y junio de 2000.
El 2023 de Zhang fue difícil a nivel personal. A raíz de la seguidilla de frustraciones, la tenista confesó que sufría depresión y que no se sentía “en condiciones de competir”. Pero además de los problemas dentro de la cancha, también reveló que hace tres años no pisaba su China natal por conflictos con la Federación de su país (que no le había permitido competir en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020) y que haber perdido a sus abuelos sin la posibilidad de despedirlos como hubiese deseado la había hecho “reflexionar sobre el sentido de la vida”. En ese contexto, sumergida en lágrimas, angustias y preguntas, Shuai Zhang vivió uno de los hechos más bochornosos del año en el mundo del tenis.
En julio de 2023 tuvo lugar el WTA 250 de Budapest y Zhang enfrentó en la primera ronda a la local Amarissa-Kiara Toth, 349° del ranking y beneficiada por una invitación. En ese encuentro, cuando el duelo estaba 5-5 y 15-15, se dio lo siguiente: una derecha cruzada de la china fue cantada “out” por la jueza de línea, aunque luego las imágenes demostraron que la bola había tocado el fleje. Zheng se quejó e hizo bajar a la jueza de silla que, para su sorpresa, confirmó que su drive había sido malo. La china, impotente, continuó su reclamo demostrando que era indefectiblemente buena. Pero pese a que resultaba evidente no hubo caso y no le dieron el punto.
De hecho, Zheng solicitó la presencia de un supervisor. Pero, mientras lo esperaba, su rival se acercó al polémico pique y lo borró, imposibilitando continuar cualquier tipo de discusión. Zheng le gritó dos veces que no lo hiciera (“Wait! Wait!”), pero a Toth no le importó. Como la húngara era local, el público la aplaudió e increpó a la tenista china, que abrumada por la situación sufrió un ataque de pánico y explotó en llanto en su banco, antes de terminar abandonando el match. El episodio trascendió y muchos fanáticos la apoyaron luego; e incluso referentes del tenis fenemino como Victoria Azarenka y Ons Jabeur se expresaron: “Todo el apoyo a Shuai. Esto no es aceptable”, escribió la tunecina en X.
Después de ese 19 de julio, Shuai Zheng se vio obligada a dejar el tenis por unos meses para cuidar su salud mental y regresó a un partido individual recién en febrero de este año, después de retroceder 644 posiciones en el ranking. Desde entonces, tampoco tuvo suerte, y en esta temporada perdió en sus debuts en Dubai, Indian Wells, Miami, Madrid, Wimbledon y Cincinnati; solo ganó dos sets en sus seis compromisos, ante la japonesa Mai Hontama y la australiana Daria Saville, respectivamente. Shuai Zheng ganó tres torneos WTA en singles (Guangzhou 2013 y 2017 y Lyon 2022) y trece en dobles, incluidos el US Open 2021 y el Australian Open 2019. Pero su actualidad, a los 35 años, está lejos de ser la deseada y no repunta luego del episodio en Budapest que la marcó. En Cincinatti, el mal momento de Zhang se prolongó al punto de convertirla en la dueña de la peor marca en la historia del tenis: 22 derrotas seguidas.